viernes, 18 de enero de 2013

¿Quiénes son los leones de la diosa Cibeles?


Mitología griega

Relatos en los que los hombres explicaban hechos que no comprendían, hechos prodigiosos como los fenómenos de la naturaleza, la lluvia, las inundaciones, los terremotos… pero también la belleza, el amor, la muerte, las enfermedades y muchos otros miterios que no entendían. No tenían el apoyo de la ciencia, que por entonces, no existía.

Estos mitos se exaltaron hasta convertirse en una forma de religión. Por esa razón a los dioses mitológicos los hombres les construían templos maravillosos, les erigían imponentes estatuas y hasta les ofrecían sacrificios para ganarse su amistad o para obtener algún favor.

Afrodita, Zeus, Apolo, Artemisa, Poseidón… dioses poderosos y, en ocasiones, cruele, que se comportan como seres humanos, que sufren y aman.
 Y héroes como Aquiles, Ulises, Teseo, Hércules, mitad hombre mitad dioses, seres valientes capaces de realizar grandes hazañas.

Atalanta

Atalanta era hija de Esceneo, rey de Arcadia. Nada más nacer su padre, desilusionado porque quería un hijo varón, la abandonó en la cima de una montaña para que muriera. Pero la diosa Artemisa le envió una osa que la amamantó y cuidó. Atalanta se convirtió así en la hija adoptiva de Artemisa e hizo la promesa de que nunca se casaría. Llegó a ser una gran cazadora y la corredora más rápida del mundo.


 MITO DE ATALANTA E HIPÓMENES

Atalanta fue abandonada en el monte Partenio al nacer, puesto que su padre deseaba un hijo varón.  Sin embargo, la pequeña no falleció gracias a que fue amamantada por una osa.
Atalanta creció, pues, viviendo en este monte, donde se convirtió en una ágil y hermosa mujer. Llevó a cabo varias acciones heroicas, como la victoria sobre un par de centauros.  No deseando casarse, afirmó que tan sólo contraería matrimonio con el hombre que pudiese vencerla en una carrera, siendo ejecutado aquel que no fuese capaz de vencerla. Hipómenes, un valeroso joven, decidió desafiarla. Sabiendo de antemano que, en condiciones normales no podría vencer, suplicó ayuda a Afrodita, la diosa del amor. Ésta se decidió a darle una solución, y le entregó unas manzanas de oro obtenidas del árbol del Jardín de las Hésperides, hijas de Atlas. Durante la carrera, Hipómenes lanzó las manzanas alternativamente varios metros por delante de Atalanta, adelantándola cuando ésta se detenía a contemplarlas, subyugada, y ganando finalmente la carrera.

Aunque la historia pudo haber concluido de modo alegre, con Atalanta e Hipómenes juntos, por el contrario tuvo un desenlace trágico. En una ocasión, demostraron su amor en un templo, rompiendo por accidente una estatua. La ira de Afrodita o la ira de Zeus, existen dos versiones, pero el final es el mismo, en el cual ambos son convertidos en leones. Una leyenda posterior señala que son esto dos leones quienes tiran del carro de la diosa Cibeles.


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